LO QUE NUNCA NOS CONTARON


LAS PROFECÍAS DE GIOACCHINO DE FIORE

01.04.2013 22:57

El monje calabrés Joaquín de Fiore (Gioacchino da Fiore, 1135-1202), "de espíritu profético dotado", para usar las palabras que Dante le dedicó en La divina comedia. Paul Johnson lo califica en su Historia del Cristianismo, con toda razón, como el más erudito, sistemático y "científico" de todos los creadores medievales de sistemas proféticos. Además, "no era un rebelde, sino un elegante abate calabrés, protegido por tres papas, un hombre cuya conversación complació a Ricardo Corazón de León en su viaje durante la Tercera Cruzada."

Joaquín es el creador de una interpretación de la historia que, al igual que la de San Agustín, debe ser considerada como una de las grandes novedades culturales de Occidente y, además, como el restablecimiento sistemático del milenarismo. Tal como Karl Löwith lo dice: "Joaquín abrió la puerta a una revisión fundamental de mil años de historia y de teología cristiana. Su creencia en un último progreso providencial hacia la culminación de la historia de salvación dentro de la estructura misma de la historia del mundo es radicalmente nueva en comparación con el diseño de Agustín."La esencia de la concepción del monje calabrés reside en su visión de la historia como manifestación progresiva de la Trinidad, es decir, como un proceso dividido en tres grandes fases, a través de las cuales se pasa a niveles más altos de perfección, culminando en un estadio de plenitud y bienaventuranza caracterizado por la libertad, la santidad, la inocencia, el amor y la armonía contemplativa que Joaquín llamó ordo monachorum. Para él, la humanidad había superado ya la primera fase en esta evolución, la Época de Padre, y se encontraba al final de la segunda fase, la Época del Hijo, cuyo término pronosticaba, apoyándose en el pasaje 12:6 del Apocalipsis, para el año 1260. Joaquín se consideraba a sí mismo como el anunciador de la tercera y dichosa fase, como el Juan Bautista de la Época del Espíritu Santo. El paso a esta tercera época estaría marcado por hechos de un dramatismo propiamente apocalíptico, como ser enormes guerras y sufrimientos relacionados con la aparición del muy temido Anticristo, el cual sería finalmente derrotado, el pueblo judío convertido y el milenio abriría así sus ansiadas puertas.

Se cuenta que cuando Ricardo Corazón de León partió para Tierra Santa, en la 2ª Cruzada, se detuvo en Fiore para pedirle consejo.

Su fama era tal que, en 1180, le llevaron las profecías de Cirilo, fraile carmelita de Grecia, para que diese su interpretación, las cuales anunciaban el final de la Iglesia y del Papado.

Según la leyenda, habían sido entregadas a Cirilo por un ángel, grabadas en dos tablillas de plata. En una de sus obras el monje cuenta que una noche de Pascua, mientras meditaba, un vivo resplandor le cruzó en cierto modo por la mente y enseguida comprendió los misterios de las Escritores, además el Apocalipsis aparecía ante él como un libro abierto.

Profetizó:

"Roma, ciudad privada de toda diciplina cristiana, es el origen de todas las abominaciones de la Cristianidad; a ella afectará en primer lugar el juicio de Dios...."

Predijo la conversión de los judíos, el fin del poderío sarraceno, la venida del Anticristo.

Obra "Concordia Novi ac Veteris Testamenti", escribiendo sobre las Tres Edades del Mundo, dice:

"Las disposiciones de la Santa escritura nos muestran tres status del mundo. El primero en el cual estuvimos bajo la Ley; el segundo en el cual estamos bajo la Gracia; el tercero, que esperamos pronto, bajo una Gracia más amplia". "El primer estado fue el del Conocimiento -scientia-; el segundo el del poder de la Sabiduría; el tercero el de la plenitud de la Inteligencia. El primero el de la esclavitud servil, el segundo el de la servidumbre filial; el tercero el de la libertad". "El primero estuvo puesto bajo la luz de las estrellas; el segundo bajo la de la aurora; el tercero en pleno día". "El primer status pertenece pues al Padre, el segundo al Hijo, y el tercero al Espíritu Santo". (Liber Concordiae, V, cap. 84, f 112 y 112 v.)

La "primera iniciación" del "Tercer Estado", o del Espíritu Santo, comenzó con el Profeta Eliseo. La "segunda iniciación" del "Tercer Estado" o del Espíritu Santo, comenzó con San Benedicto de Nursia y dura hasta el final de los tiempos en los cuales dará "fruto".

BY TANA 2013

File:Joachim of Flora.jpg

 

 

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